Cuando comienzas a confiar en Jesús, un proceso de cambio comienza a tener lugar en tu vida. Dios te da espacio para crecer paso a paso y para convertirte en la persona que Él quiso que fueras. Algunas de tus ideas y deseos cambiarán; dejarás de hacer ciertas cosas y comenzarás a hacer otras.


El Espíritu de Dios te ayudará 

Con la ayuda del Espíritu de Dios puedes realmente cambiar. Él te ayudará, permitiéndote experimentar la vida e interactuar con los demás de maneras completamente nuevas.

Uno de los autores del Nuevo Testamento, Pablo, describe este proceso como el crecimiento del "fruto del Espíritu" en nuestras vidas. Él usa nueve palabras para describir un "fruto con nueve gajos": "amor, alegría, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio" (Gálatas 5:22).     

Viviendo tu vida a tu manera, realmente no vives en la verdadera libertad. Puedes experimentarla solo cuando sigues al Señor Jesús. En otras palabras, encontrarás alegría y libertad si tu corazón está lleno de amor por los demás y vives para Dios. 

Cuando el Espíritu Santo entra en tu vida, comienzas a comunicar el amor de Dios a los demás. El Espíritu Santo te permite hacerlo. Tu corazón está libre de toda la "basura o contaminación" que no te permitió vivir una vida real. 

Este es un proceso continuo, y Dios te ayudará a cambiar las cosas paso a paso.
La gente suele decir: "Así soy y no necesito cambiar". La buena noticia es que con la ayuda del Espíritu Santo, el cambio es posible.

 Cuando comprometes tu vida con Jesús, el Espíritu Santo viene a morar en ti y te ayudará a sobrellevar las cosas que no puedes manejar por ti mismo. Él es Dios y te dará la fuerza y la libertad interior para vivir la nueva vida transformada que rebosa de cosas buenas.

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