Dios desea cercanía, no distancia

 Nuestra hostilidad e indiferencia hacia Dios no redujo su amor por nosotros; Él vio igual valor en nosotros cuando cambio la vida de su hijo por la nuestra.

El redimió tu vida de la destrucción, no con moneda corruptible, sino con la preciosa sangre de Jesús.

Dios vio suficiente valor en cada persona para justificar el precio que Él pago por la redención de la humanidad, del pecado, la culpa y el temor. Él triunfantemente redimió su imagen y semejanza en nosotros. 

“El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.” La Biblia,  Mateo 13:44. Pablo revela en 1 Cor 2:7-8 porque este tesoro estaba enterrado... 
A través de la muerte expiatoria de Jesucristo, Dios justificó al hombre mas allá de cualquier cosa que lo pudiera descalificar o condenar jamás. El Cordero de Dios quito de en medio el pecado del mundo. “El cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.” La Biblia Romanos 4:25. 

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