Un mensaje revolucionario

El mensaje de Jesús fue revolucionario. Lo que dijo no se parecía en nada a las ideas religiosas de su tiempo. Él no presentó nociones vagas de Dios. Él no requirió que las personas hicieran lo mejor para agradar a Dios. En cambio, habló de la gracia de Dios.La gracia es el  "favor, la bendición y la  bondad" que Dios otorga  sin pedir nada a cambio, gracias al sacrificio que Jesucristo efectuó en la cruz al pagar por nuestros pecados. 


Un mundo de respeto y amor

Jesús presentó una visión de un mundo en el que todas las personas son tratadas con justicia y viven en paz; una sociedad en la que el respeto y el amor son las fuerzas impulsoras detrás de cada acción. Llamó a este mundo "el reino de Dios". Él prometió que algún día esta visión se haría realidad. Y desafió a sus seguidores a que se inspiraran en su amistad con él y pusieran en práctica estas normas aquí y ahora, incluso mientras esperaban el cumplimiento total de la promesa (Leer la epístol a los Efesios Capitulo 2, versos del 1 al 10). 

Si un político hoy presentara un programa como el que presentó Jesús, recibiría muchos elogios.  Ciertamente suena ambicioso y contagioso. Pero, ¿Arriesgarías tu vida por un programa como ese?.Quizás el mensaje de Jesús fue una de las razones por las cuales la gente estaba dispuesta a seguirlo, incluso si esto les suponía la muerte.

Quizás el mensaje de Jesús fue una de las razones por las cuales la gente estaba dispuesta a seguirlo, incluso si esto les suponía la muerte.

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