Dios desea cercanía, no distancia

 Nuestra hostilidad e indiferencia hacia Dios no redujo su amor por nosotros; Él vio igual valor en nosotros cuando cambio la vida de su hijo por la nuestra.

El redimió tu vida de la destrucción, no con moneda corruptible, sino con la preciosa sangre de Jesús.

Dios vio suficiente valor en cada persona para justificar el precio que Él pago por la redención de la humanidad, del pecado, la culpa y el temor. Él triunfantemente redimió su imagen y semejanza en nosotros. 

¿Listo para empezar?

¡Inscríbete a este curso online gratuito!

Comienza este curso ahora